Hola, amigos y camaradas cuyos ideales convergen por la paz mundial,

Te saludo en nombre de los Guardianes de la Humanidad.

Hemos llegado a un momento histórico, en el que ya no podemos escondernos en casa o en el interior de nuestros templos. La humanidad, nuestro mundo, necesita y requiere la participación de todos los que ya hemos despertado a la realidad de una vida más allá de las fronteras de la materia.

No necesitamos ni abogamos por tomar partido en esta guerra demencial. Lo cierto es que el sufrimiento humano está exudando una enorme cantidad de ectoplasma en la atmósfera psíquica del planeta.

La pandemia de Covid-19 no bastó para despertar a la humanidad. Y aún estamos lejos de aprender de los impactos que sin duda están en camino.

Pero ya no somos niños espirituales... No ignoramos las repercusiones de la guerra, ni podemos eximirnos de participar activamente en el conflicto en curso en Europa, con previsiones de los expertos en geopolítica de desembocar en un conflicto nuclear, o incluso en una tercera gran guerra.

Sin embargo, tampoco debemos olvidar que Cristo vela por el destino de la humanidad, ni que ninguno de nosotros está exento de su responsabilidad de defender la paz, independientemente de los bandos implicados en el conflicto.

Por eso, os hago un llamamiento a vosotros, hombres de buena voluntad, miembros del Colegiado de Guardianes de la Humanidad, dondequiera que estéis, repartidos por diferentes países. ¡Este es un llamamiento a participar como agentes de las fuerzas soberanas de la vida!

Varias entidades y organizaciones no gubernamentales y, al mismo tiempo, humanitarias trabajan con el objetivo de aliviar el dolor y el sufrimiento humanos en las fronteras de Ucrania y en varios países. Nunca se había visto aquí, en Europa, un número tan grande de personas implicándose en cuestiones humanitarias, dejando a un lado debates improductivos y colocándose como agentes de misericordia entre los que sufren.

Así que nosotros también tenemos que poner de nuestra parte.

Cuando hice un llamamiento de ayuda durante las lluvias y tormentas que devastaron muchas ciudades de Minas Gerais, la respuesta fue impresionante y rápida. Así que ahora pido ayuda, en nombre de las legiones de Guardianes, en nombre de los equipos de samaritanos, en nombre de los que sufren, para que participéis conmigo. Ya hemos movilizado a un gran número de personas aquí, en Europa, para ayudar, entre empresarios y gente corriente, amas de casa y personas de buena voluntad.

¡Es hora de participar a escala mundial! Nuestro objetivo ahora es el planeta Tierra, no sólo Minas Gerais o la ciudad de Sabará.

Estamos trabajando para evitar una guerra de grandes y graves proporciones. Estamos luchando para ayudar a los que sufren y son más duramente golpeados en esta guerra inhumana.

Debéis hacer grupos de oración en vuestras casas, y grupos de apoyo espiritual. Hay que rezar y rezar mucho y a menudo.

Una vez más, les pido que envíen fondos a las instituciones que están ayudando en los campos de batalla y en los campos de refugiados. Necesitamos comprar alimentos, agua, medicinas y material hospitalario. Hasta la fecha, más de 1,5 millones de personas han abandonado su país, en el mayor éxodo en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Y esperamos al menos 5 millones de refugiados ante los acontecimientos en Europa del Este.

Por ello, pedimos tu ayuda, tu participación y tu acción. Llama a gente que conozcas, a empresarios, a cualquiera que sepas que puede ayudar. Necesitamos reunir a personas que pongan de su parte, que ayuden todo lo que puedan y como puedan.

Nosotros, que participamos en el proyecto Guardianes de la Humanidad, estamos llamados a actuar, a contribuir, a hacer nuestra parte. Ven y participa en este movimiento de agentes de misericordia y justicia, ayudando en los procesos que vive nuestro planeta en este momento. Puedes hacer tu parte, puedes ayudarnos ayudando a los que sufren, a aliviar el dolor cruel que afecta a miles de personas.

¡Dios está siempre con nosotros! Justicia y paz en nombre de los Guardianes de la Humanidad.

Robson Pinheiro

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